28 Oct Empleo para personas con discapacidad: ¡Que nada te pare!
Hoy en día, tener una discapacidad a causa de una alteración del código genético al nacer, o presentar una parte de nuestro cuerpo que no puede cumplir su función con plena capacidad, no es un obstáculo insalvable para conseguir un empleo, de hecho, cada vez son más las personas con una discapacidad superior al 33 % que se incorporan al mundo laboral y esto sucede por dos razones principales: existen cada vez más centros y programas de formación dirigidos específicamente a este sector de la población y las empresas cada vez se preocupan más de suministrar empleo para personas con discapacidad en sus plantillas.
Las personas con discapacidad, hoy en día, son cada vez más independientes, aunque nunca hay que olvidar que tienen una necesidad mayor de que el ambiente de trabajo sea el adecuado. Estas personas, al contrario de lo que afirman prejuicios sociales y la cultura occidental, se adaptan y se integran en sus puestos de trabajos mucho mejor y más rápido de lo que la gente y los empleadores creen, esto es propiciado también por la concienciación de las empresas en estos temas, propiciando cada vez más una percepción menos estereotipada de las personas discapacitadas.
Lo más importante para una persona con discapacidad que se incorpora a un nuevo puesto de trabajo, más que las adaptaciones arquitectónicas o técnicas para facilitar la realización de su deber, es el apoyo personal y un trato igualitario por parte de los demás empleados para que la integración sea lo más rápida y agradable posible, en cuanto a la parte que tiene que ver con las competencias para el cargo, las personas con discapacidad pueden desempeñar un empleo cualificado con la misma eficacia que cualquier otra persona.
Los avances tecnológicos y económicos son muy importantes para cualquier empresa, pero nunca se puede dejar de lado la humanidad para que todo el mundo tenga una oportunidad en este mundo competitivo que nos ha tocado vivir hoy en día, y esto también significa que a las personas con discapacidad, al igual que a las personas que no la tienen, no les gusta que se les trate con lástima o de forma diferente, sino de forma igualitaria, haciendo que se sientan útiles y valorados.