Integración laboral de personas con discapacidad: Una importante labor.

Integración laboral de personas con discapacidad: Una importante labor.

La gran mayoría de las personas que sufren algún tipo de discapacidad se han visto directa o indirectamente afectadas por la pandemia del coronavirus. Un 5% del colectivo discapacitado se ha visto perjudicado, además, un 8% no ha pasado la enfermedad aunque con presencia de sintomatología asociada al COVID-19.
Un 9% han sido diagnosticados de forma precisa en un centro sanitario.
Un 25% han tenido próximo personas afectadas por coronavirus.

Un 9% de las personas con discapacidad han perdido a algún familiar por la enfermedad.

HOGAR Y CONFINAMIENTO

Los hogares en donde vive alguna persona con discapacidad están formados en un 79% de entre 2 y 4 personas. La media de personas por hogar es de 3,14. Esto demuestra las dificultades de emancipación del colectivo, el cual se ve afectado por tasas de desempleo más elevadas que la comunidad sin discapacidad.

¿Con quién están pasando la cuarentena?
40% con su pareja
33% con sus padres
24% con sus hijos
3% con compañeros/as de piso
La gran mayoría vive en pisos que no superan los 76 metros cuadrados, incluso un 6% viven en pisos de 46 metros cuadrados.
Dispositivos utilizados para comunicarse con otras personas:
La gran mayoría si dispone de móvil (98%) y de telefonía fija (58%). También la gran mayoría cuenta con ordenador (70%) y de Tablet (44%). El acceso a Internet es de un 45% mientras que entre la población en general es de un 91,4%.
Ingresos Mensuales:
La gran mayoría de las personas con discapacidad cuentan con unos ingresos mensuales que oscilan entre los 900€ y los 1.500€. Sin embargo, un 13% tienen unos ingresos de menos de 500€. El salario medio bruto anual del colectivo de discapacitados se sitúa en 19.726€ un 17% menos que la población sin discapacidad. Esto refleja una alarmante pérdida de poder adquisitivo frente a la población que no tiene discapacidad, cosa que los poderes públicos están obligados a reparar esta desigualdad y discriminación con éste colectivo de personas cada vez más numeroso.

ATENCIÓN MÉDICA

La urgente necesidad de sanitarios destinados a la atención del virus así como las limitaciones para asistir a centros de salud y hospitalarios ha supuesto en muchos casos la parálisis de tratamientos y pruebas médicas, así como la cancelación de citas especializadas. En la mitad de los casos la población con discapacidad no ha requerido atención médica. Aquellos qué si la han precisado, el 34% si han podido recibirla, mientras que el 12% no. En un 58% de los casos, las personas con discapacidad han visto sus citas y revisiones anuladas o aplazadas, evidenciando así el trasvase del personal sanitario a la atención de los pacientes de COVID-19.

ACTITUDES PARA PREVENIR EL CONTAGIO

El colectivo de personas con discapacidad ha demostrado a lo largo de estos 3 meses de confinamiento un comportamiento modélico a la hora de guardar las medidas de seguridad establecidas por el Gobierno. El 98% han mantenido la distancia de seguridad con otras personas, el 87% han hecho uso de la mascarilla. A pesar de estos datos, se identifica a un pequeño grupo que no parece estar siguiendo las medidas establecidas para evitar el contagio, ya que un16% afirma no haber respetado el confinamiento, saliendo de casa para actividades más allá de las necesarias, porcentaje que se eleva al 19% entre los jóvenes. Igualmente, un 13% no hace uso de la mascarilla fuera de su vivienda.

ACTIVIDADES PARA SOBRELLEVAR LA CUARENTENA

Las personas del colectivo de discapacidad a lo que más se han dedicado durante este periodo de no poder salir de casa ha sido a informarse sobre el virus. En cualquier caso, han intentado mantener sus rutinas mara conseguir mantener un equilibrio tanto físico como psíquico, muy importante este aspecto para este tipo de personas ya que los cambios y los periodos de incertidumbre le afecta más que a otras personas.
Desde el punto de vista del ocio y entretenimiento, en lo que más han invertido su tiempo ha sido en ver la televisión, interactuar en las redes sociales y en escuchar música.
Otro aspecto a considerar ha sido el aumento de las apuestas on-line entre esta población en general, circunstancia que no a afectado a las personas con discapacidad ya que el 96% de estas personas afirman no haber realizado nunca este tipo de apuestas.

EMPLEO

Las personas con discapacidad una de las mayores barreras con las que se enfrentan son las dificultades y trabas que encuentran en el camino que conduce a un puesto de trabajo. El acceso al mercado de trabajo se ve agravado por los prejuicios sociales y la falta de información de estas personas. Todo esto conduce a una discriminación en el acceso al empleo de este colectivo. La crisis económica derivada de la alerta sanitaria del COVID-19 puede afectarles de forma incisiva, cerrando puertas, incrementado la pérdida de empleo y obstaculizando la reinserción laboral de estas personas. En la actualidad menos de un tercio de las personas con discapacidad tienen empleo (29%).
53% está desempleado
27% trabaja por cuenta ajena
2% por cuenta propia

A ello hay que añadir que entre los que trabajan, el 37% lo hace a jornada parcial.

El perfil general con más opciones de empleabilidad serían personas con cierta formación y menor grado de discapacidad.
Además, solo el 28% de los trabajadores discapacitados tienen un contrato indefinido, aunque el empleo indefinido creado actualmente se sitúa en el 11%.

La gran mayoría de las personas con discapacidad ocupadas llevan menos de 1 año en la empresa, ya que solamente un 6% se mantiene en la misma entidad más de 3 años. Esta situación genera un escenario eventual que genera inseguridad ante un futuro marcado por la incertidumbre. El porcentaje de trabajadores que cuentan con una antigüedad en la misma empresa de más de 3 años se sitúa en el 68%, mientras que el conjunto de ocupados sin discapacidad es del 75%.El 48% de los trabajadores con discapacidad han accedido al mercado laboral a través de Centros Especiales de Empleo. En 2019 se generaron en España más de 83.000 contratos a personas con discapacidad en Centros Especiales de Empleo (el 24,5% de los contratos del año). Esto demuestra la importancia de estos Centros y la necesidad de que sean más fomentados por parte de la Administración Pública.

Los trabajadores no cualificados suelen ser aquellos que se ven más afectados ante recortes y despidos.
Frente a la difícil situación económica las empresas en las que trabajan personas con discapacidad han aplicado la figura de los ERTES en un 42% de los casos para no verse obligados a tener que despedir a sus trabajadores.

La explicación puede encontrarse en la tipología de empleo mayoritariamente vinculado a los servicios, atención al cliente, restauración, comercio, actividades todas ellas que han paralizadas durante este periodo de confinamiento a fin de evitar contacto social.

DESEMPLEO

Los datos estadísticos refuerzan la premisa de la discriminación en el acceso al empleo de las personas con discapacidad, dado que un 47% lleva más de 1 año desempleada. Además, un 12% indica haber perdido su empleo a raíz de la crisis por el COVID-19. Actualmente es de un 53% las personas con discapacidad que se encuentran desempleadas. En el año 2020 se han dado los números más bajos de contratos de personas con discapacidad desde hace 14 años, con una caída de un 74%.

MEDIDAS DE PROTECCIÓN SOCIAL

En la actualidad un 37% de las personas con discapacidad no tienen ningún tipo de prestación. Si tenemos en cuenta que hay un total de un 53% de desempleados, nos encontramos con un importante segmento de población que no está recibiendo ningún tipo de ingreso. Esta situación se ve acentuada en el caso de las mujeres con un 56,2%.

PERSPECTIVAS DE FUTURO

A la hora de analizar la percepción que tienen las personas con discapacidad ante los cambios tan tangibles y significativos que ha generado el COVID-19 en nuestra sociedad, casi un 47% considera que les resultará muy complejo encontrar un empleo. Esto nos alerta del difícil escenario al que se verá abocado el colectivo discapacitado. En un contexto de crisis y recesión aquellos más vulnerables pueden quedar al margen de la economía y del empleo, por lo que se hace necesario trabajar en aras de evitar la exclusión y la discriminación laboral del colectivo discapacitado. Sólo u 17% continuará trabajando en las mismas condiciones que antes de la crisis.

La falta de ingresos tiene consecuencias asociadas, las cuales se materializarán en la privación de acceso a ciertos servicios, actividades de ocio…. Hay un gran número de personas con discapacidad que no podrán hacer frente a créditos e hipotecas y, por último, y muy dramática situación, no podrán pagar por suministros básicos de primera necesidad.

Las personas con discapacidad muestran una visión muy pesimista ante el futuro. Un 60% considera que tardaremos más de 1 año en volver a la normalidad, e incluso, un 5% apunta que nunca recuperaremos dicha normalidad. Ojalá se equivoque este 5%.

FUENTES DE INFORMACIÓN:
ODISMET – Autores
Cristina Silván
Luis Enrique Quírez
Fundación ONCE EN COLABORACIÓN CON LA UNIÓN EUROPEA . FONDO SOCIAL EUROPEO.

FIRMADO:
José Enrique Flor Salán